Generalmente, las capacitaciones en la administración pública son esporádicas, presenciales y a cargo de recursos internos. Sin embargo, cada vez se hace más evidente la necesidad de una actualización continua, efectiva y rápida en cuanto a regulaciones, determinadas destrezas (destrezas interpersonales para atención al cliente, por ejemplo) o bien, temáticas más específicas propias de cada sector (tal es el caso de un proyecto de capacitación en riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales que se implementó en el Departamento de Seguridad Laboral del Instituto de Normalización Provisional (INP), dependiente del Ministerio de Trabajo y Previsión Social del Gobierno de Chile; Saavedra et al., 2008 o proyectos formativos relacionados con legislaciones actuales en distintos municipios y diputaciones de España; Gallego Gómez, 2011).
También se busca aprovechar la inversión en las iniciativas de capacitación y que, en lo posible, ninguna actividad “extra” interrumpa las responsabilidades laborales diarias del empleado.
Es necesario, por otra parte, comenzar a repensar la capacitación no solo como un derecho que contribuye al crecimiento personal y, por ende, a la igualdad de oportunidades sino también como una herramienta indispensable para optimizar el desempeño y la eficacia de cada empleado con el fin de lograr un avance organizacional constante.
Ventajas y dificultades de una solución e-learning
A través de la implementación de un sistema de gestión del aprendizaje, se facilita la distribución y gestión de actividades formativas básicas, ya sea módulos o cursos, al mismo tiempo que se ofrecen alternativas para la comunicación y la interacción. Estas propuestas están disponibles para un gran número de usuarios dispersos en distintos puntos geográficos y en cualquier momento.
Se puede crear así una especie de portal educativo que brinda una oferta constante de cursos relevantes de acuerdo con las necesidades de empleadores y empleados, dando la libertad para elegir el camino formativo a seguir.
Pero, el uso masivo y una mayor flexibilidad sin seguimientos y evaluaciones regulares trae aparejado el riesgo de caer en demasiada generalización y laxitud, lo cual hace que se pierda la individualidad de cada usuario en cuanto a su disponibilidad horaria, estilo de aprendizaje, conocimientos de informática, etc.
Estas necesidades planteadas en términos muy generales teniendo en cuenta las realidades específicas de la administración pública exigen nuevas metodologías de formación de uso masivo y mayor flexibilidad que permitan una capacitación sistemática capaz de atender necesidades y características individuales al mismo tiempo que intenta resolver problemas colectivos. En este contexto, vale la pena comenzar a evaluar la implementación de soluciones e-learning integrales como medios para alcanzar la eficacia y la capacitación continua en la administración pública.
Gallego Gómez (2011). Soluciones e-Learning en el sector público español: algunas experiencias de Grupo Euroformac, publicado en Learning Review [En línea]. Documento disponible en: http://www.e-learningsocial.com/article.php?article_id=482 [Acceso: 27/02/2011]
El avance constante de la tecnología sumado a las demandas de los usuarios exige que Internet sea cada vez más “inteligente.” Actualmente, es el usuario quien busca, asimila, y analiza la información que Internet presenta en grandes cantidades. Pero, ¿qué sucedería si las páginas fueran capaces de comunicarse entre sí mediante procesamiento de lenguaje natural? ¿Si al buscar una noticia determinada se ordenaran los periódicos en línea de acuerdo con nuestras preferencias y las máquinas pudieran comparar la información de las distintas fuentes? Esto no es una utopía. Es el objetivo de la Web 3.0.
Del mismo modo que la educación es un factor clave para el desarrollo de los aprendientes, la investigación es fundamental para quienes tenemos la tarea de diseñar la instrucción. La investigación permite la generación de conocimientos y la innovación en las prácticas educativas. En este marco, crear verdaderas experiencias educativas requiere comprender una realidad, analizarla críticamente, tomar decisiones fundamentadas y proporcionar soluciones a través de la producción de conocimientos. Pero, ¿cuánto de investigación, innovación y generación genuina de conocimientos encontramos en las prácticas de e-learning actuales?