La computación en la nube se refiere tanto a las aplicaciones que se distribuyen como servicios a través de Internet como a los sistemas de los centros de datos que proporcionan esos servicios (Armbrust, et al., 2009). Estos servicios se conocen como SaaS (Software as a Service, en español Software como servicio) mientras que el software y el hardware del centro de datos es lo que llamamos la “nube”. Muchas de las tecnologías que usamos todos los días están basadas en la nube. La mayoría de las aplicaciones móviles, las aplicaciones de Google (por ejemplo, Google Docs) y entornos colaborativos como Facebook y Linkedln.
Al analizar los beneficios y riesgos que supone este modelo en iniciativas de aprendizaje pueden identificarse, principalmente, tres grandes beneficios y tres desafíos.
Beneficios
Escalabilidad global. Como sistema abierto la nube permite crear y administrar contenidos desde cualquier lugar para luego distribuirlo globalmente. Además, se puede comenzar solo con los recursos necesarios para, luego, aumentarlos en función de la demanda.
Aprendizaje colaborativo. Se ofrece una plataforma centralizada para el intercambio de ideas, información y contenidos.
Enfoque centrado en el usuario. Otras de las grandes ventajas de la nube es que permite acceder a múltiples aplicaciones y fuentes desde un portal único que el usuario puede consultar para hallar el contenido relevante según sus necesidades.
Desafíos
Seguridad y confidencialidad. La nube ofrece esencialmente redes públicas, lo cual hace que el sistema sea vulnerable. Sin embargo, muchas de las compañías que ya están usando este modelo utilizan datos encriptados y sistemas híbridos que incluyen acceso privado a través de la autentificación de datos como soluciones de seguridad.
Soporte técnico. Como el contenido se almacena en una ubicación virtual centralizada, los individuos que diseñan los sistemas pueden ser difíciles de contactar, lo cual representa un problema cuando se requiere soporte técnico.
Diferencias regionales. Además de las diferencias técnicas entre una región y otra, el idioma y la conectividad constituyen el desafío más grande para las aplicaciones globales. ¿Podría hablarse de educación en un nivel macro sin tener en cuenta las realidades particulares de una región?
La computación en la nube es una arquitectura orientada a los servicios y, aunque su implementación viene aparejada a grandes desafíos, para muchos constituye un paso importante, ya que la tecnología se usa con el fin de facilitar tareas y, en consecuencia, se vuelve poco a poco un suministro indispensable.
Buyya, et al. (2009). Cloud computing and emerging IT platforms: Vision, hype, and reality for delivering computing as the 5th utility, Future Generation Computer Systems. (En español, Computación en la nube y plataformas IT emergentes: visión, anuncios y realidad para distribuir la tecnología como el quinto suministro) [En línea]. Documento disponible en: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0167739X08001957
Vouk, M. (2008). Cloud Computing – Issues, Research and Implementations. (En español, Computación en la nube: temas, investigación e implementaciones). En Journal of Computing and Information Technology, 4, 235–246 [En línea]. Documento disponible en: http://hrcak.srce.hr/cit_ojs/index.php/CIT/article/viewFile/1674/1378
Muchos docentes e instituciones educativas están introduciendo poco a poco la tecnología en las aulas. Con el objetivo de seguir alentando esos esfuerzos y motivar a quienes todavía no se han sumado al cambio, este artículo resume las cinco razones -a nuestro entender- más importantes para invertir en recursos tecno-didácticos. Cabe destacar que no solo hablamos de inversión de dinero sino también inversión de tiempo y capacidades para lograr transformar los procesos de enseñanza-aprendizaje en procesos realmente significativos.
“El precio es lo que se paga. El valor es lo que se obtiene” decía el empresario de inversiones norteamericano, Warren Buffet, en los años `30. Ésta es la frase que me viene a la mente cuando observo la falta de inversión en la creatividad e innovación, más específicamente, en los cursos de e-learning como alternativas confiables de formación. Es que percibo un miedo generalizado de apostar a lo nuevo que se evidencia en frases como “un curso de e-learning debe ser más caro, ¿no?”, “ya capacitamos a nuestro personal hace algunos años” y hasta un refrán popular “mejor malo conocido que bueno por conocer”.