A cualquier emprendedor, empresa o institución que le preguntemos cuál es el su principal objetivo, nos va a contestar que es el de poder llegar a más clientes. En este camino, son innumerables los que deciden tener su presencia en la web a través de un sitio institucional o, mejor aún, la de montar su negocio directamente a través de un “E-commerce” (comercio electrónico). Esto les abre la puerta a un mercado global y les brinda la posibilidad, entre otras cosas, de llegar a clientes que están geográficamente distantes y automatizar ciertos aspectos de su proceso o venta. Además son cada vez más las personas que consultan a través de internet antes de realizar una contratación o compra, por lo que se hace imprescindible tener presencia allí. Hoy es muy común que cualquier persona con su smartphone acceda a un sitio web en cualquier momento y desde cualquier lugar.
Pero es muy común que se piense que sólo subiendo el sitio a internet ya es suficiente y que mágicamente comenzarán a vender sin más trabajo. Este concepto está errado y si bien las herramientas tecnológicas nos brindan muchas ventajas, hay que trabajar continuamente para poder llegar al objetivo. Por ejemplo, caminando por cualquier centro comercial podemos ver que las vidrieras se actualizan periódicamente para mostrar las nuevas colecciones o los nuevos productos o servicios de la empresa, en cambio, a veces los sitios web pasan 4 o 5 años sin que se actualice ni una foto y a veces hasta se encuentran datos viejos como un teléfono que ya no se usa o productos que ya no se comercializan. Supongo que esta creencia viene de cuando tener un sitio web era un diferencial grande y como no había muchos que lo tuvieran, el simple hecho de estar allí ya era suficiente. Hoy casi todo el mundo cuenta con un sitio web, lo que hace más difícil la competencia, y es necesario que se trabaje sobre el mismo de la misma manera que si tuviéramos una vidriera a la calle tratando de ofrecerle a nuestros clientes mejores servicios y/o productos que el resto.
Muchas veces, cuando en mi rol de consultor me preguntan “¿Por qué tengo que actualizar mi sitio web si el que tengo funciona?”, les respondo con lo siguiente.
1) La imagen: Gastamos mucho dinero en generar la imagen de nuestra marca a través de logos, colores institucionales, cartelería y demás. A través de ellos intentamos comunicarle a la gente cuales son nuestros valores y nuestra forma de trabajo. Una vez definida esta imagen, posiblemente no se vuelva a modificar, y aunque es una muy buena práctica revisar la marca cada cierto tiempo para “estar al día” (hay que verificar que de acuerdo a los usos y costumbres sigamos trasmitiendo lo que queríamos en un principio), rara vez se hace o se hace cada 5 o 10 años. Este principio que es válido para la imagen corporativa, lamentablemente no se aplica de la misma manera en internet, allí todo es más rápido y vertiginoso. Entonces, lo que es nuevo hoy, tal vez es muy viejo en dos años y puede producir una imagen negativa para nuestro potencial cliente. Siguiendo el ejemplo del centro comercial, ¿qué pasaría si dejo 5 años la vidriera con la misma ropa y los mismos carteles?
2) La tecnología: En gran parte el cambio anterior se debe a las nuevas posibilidades que nos brinda la tecnología. La velocidad de las conexiones y los distintos y nuevos dispositivos, abren posibilidades que antes no teníamos. Por ejemplo hace 10 años atrás prácticamente no existían videos en internet y la llegada de YouTube cambió ese paradigma. Otro ejemplo puede ser que la velocidad de conexión hacía muy tedioso bajar archivos que hoy se bajan y reproducen en segundos. Para poder lidiar con estos cambios tan abruptos, en general, se producen cambios en los estándares y/o se producen nuevos. Entonces es posible que nuestro sitio web se vea mal, pierda rendimiento o no se visualice correctamente haciendo difícil la navegación.
3) Los buscadores: Una de las mejores maneras de conseguir nuevos clientes en nuestros sitios web es a través de los buscadores (Google, Bing, etc.). Disciplinas nuevas como el SEO, se han abierto camino para tratar de maximizar la posición en la que figuramos cuando una persona hace un búsqueda. Y si bien puede que no estemos dispuestos a invertir en este tipo de procesos, existen algunas buenas prácticas SEO que podemos tener en cuenta y por sobre todo evitar la penalización de los buscadores por estar implementando tecnología obsoleta. Por ejemplo, uno de los últimos cambios que ha implementado Google, se basa en penalizar a los sitios que no se visualicen bien en dispositivos móviles. Esto se traduce en que si una persona busca nuestros productos o servicios a través de su celular y nuestro sitio no está pensado para verse bien en esos dispositivos, es posible que no sea mostrado o sea listado en una posición mucho más baja de lo que debería.
Recomendaciones para tener actualizado tú sitio web:
De acuerdo a todo lo anterior podemos definir estos simples puntos como referencia de cómo mantener nuestro sitio.
– Prestale atención a tu sitio, este es tu vidriera y como tal, debe reflejar lo que querés vender.
– Mantené tu sitio con la información actualizada. Toda lo que allí se muestre debe reflejar lo que se está comercializando ahora en tu negocio.
– Consultá con un experto lo que se está usando. Si bien las tendencias en estética y diseño, en general, las podemos ver navegando en internet, hay otros factores que no se ven pero pueden estar afectando el rendimiento de tu sitio web.
– Atendé los canales que has abierto. Si tenés un email de contacto o abriste cuentas en redes sociales (como Facebook o Twitter) es recomendable que las revises periódicamente por si un cliente se ha contactado por esos medios.
Siguiendo estos pasos deberías poder maximizar tu sitio para ayudar de esta manera a conseguir lo que estás buscando.
