El aprendizaje informal —es decir, ese conjunto de actividades diarias no estructuradas que nos enseñan nuevas competencias y nos permiten poner en práctica ciertos conocimientos— es una estrategia que permite tanto abaratar costos comolograr eficiencia. En instituciones y empresas esta modalidad permite aprovechar mejor los recursos internos, hacer más dinámico el flujo de la información y promover una comunicación más significativa entre distintos agentes.
Figura 1: La convergencia de e-learning y de e-colaboración.
A través de Wikis y plataformas educativas como Moodle se pueden compartir conocimientos, procedimientos y herramientas operacionales para desarrollar una base de conocimiento propia de cada área funcional.
Cuando se desarrolla un proyecto entre grupos de trabajo, se pueden utilizar sitios como del.icio.us y diigo a fin de “etiquetar” y compartir la información útil y así establecer una base de referencia estándar.
También se pueden gestionar comunidades de prácticas organizando reuniones en línea a través de herramientas como Meet-o-Matic y Google Calendar para, luego, interactuar de manera sincrónica a través de Skype.
Para compartir información operacional y monitorear las actividades de grupo de trabajo Google Docs y el sitio Drive HQ (que permite crear un servidor FTP en la “nube”) son herramientas sumamente eficaces. En mis experiencias personales con instituciones educativas y empresas, estas herramientas tienen una evaluación muy positiva, puesto que aumentan la motivación para el trabajo en equipo y mejoran la gestión de los documentos.
Herramientas como CMap son también muy útiles durante las etapas iniciales de proyectos colaborativos para sesiones de “lluvia de ideas” y diseño así como también para llevar un registro del intercambio de ideas, la asignación de tareas, la conformación de grupos de trabajo, etc.
Todas estas herramientas promueven el aprendizaje y la colaboración permitiendo la construcción y actualización de contenidos de una manera eficiente y a través de un formato multimedia. Trabajar colaborativamente dentro de las instituciones y las empresas crea un compromiso activo del capital humano para compartir el conocimiento y difundir las buenas prácticas (Giannatelli, 2011). De esta manera surgen nuevas formasde comunicación creativa en pos de la optimización del flujo de la información.
Fuentes
GIANNATELLI, Ada (2011). Leveraging Web 2.0 for Learning and Collaboration (en español, Haciendo uso de la web 2.0 para el aprendizaje y la colaboración). En Nuevas Tendencias de E-learning. [En línea]. Documento disponible en: http://www.libro-elearning.com/tdt-mundo-educativo-tlearning.html
Quienes trabajamos en el campo del e-learning siempre hablamos de sus grandes ventajas como una forma más efectiva para impartir contenidos en los contextos laborales y académicos actuales. Sin embargo, tanto “optimismo” puede generar falsas expectativas o, por el contrario, cierta desconfianza con respecto a la enseñanza virtual. Las verdaderas contribuciones del e-learning quedan muchas veces desdibujadas por mitos generalizados o bien, porque se repite el discurso de terceros sin saber a ciencia cierta qué podemos cambiar o mejorar a través de e-learning.
Si analizáramos el mapa del e-learning en Argentina, podríamos observar que la mayor parte de las soluciones e-learning se concentran (aunque aún sin afianzarse) en instituciones de educación superior y grandes organizaciones. En menor medida, encontramos propuestas de este tipo en Pymes y sectores de la administración pública. En este artículo, discutiremos las necesidades actuales que exigen la progresiva implementación de soluciones e-learning en la administración pública, sus ventajas y también, posibles dificultades que podemos encontrar en el camino.