Es cierto que cada vez son más los instructores y las intervenciones pedagógicas que se valen de recursos tecnológicos para impartir contenidos. Sin embargo, es difícil encontrar propuestas de e-learning que se diferencien sustancialmente del “paradigma de formación que resalta los procesos de observación acrítica, imitación y reproducción-repetición…” (Santarrone, 1999). Es aquí donde la investigación juega un papel significativo, ya que nos orienta para enfrentar una vasta cantidad de información y transformarla en un proceso reflexivo de enseñanza y aprendizaje.
Vielle y Figueroa (1979) definen investigación como:
Las actividades intencionales y organizadas de búsqueda sistemática, indagación, obtención, selección y procesamiento de información, reflexión crítica, sistematización, que llevan al descubrimiento, a la formulación y al diseño de algo nuevo (invención), valores, ideas, teorías, esquemas conceptuales, modelos (conceptuales o reales), prototipos, objetos o productos, mecanismos, sistemas, procesos, procedimiento, recomendaciones de política, esquemas de acción, planes y programas; patrones de conducta y comportamientos.
Conclusión
La investigación es, entonces, un procedimiento que exige nuestra capacidad para aplicar distintos paradigmas, teorías y principios al mismo tiempo que los evaluamos en un contexto particular con una mirada crítica constante a fin de que surjan nuevos interrogantes y nuevas soluciones dentro de una realidad determinada. La indagación permanente, la reflexión y la acción se constituyen en elementos indispensables en los procesos de formación.
Distintas herramientas sincrónicas y asincrónicas, recursos como podcasts y webcasts, comunidades de aprendizaje y sitios colaborativos como YouTube y Wikipedia son todos medios para impartir contenidos educativos en la actualidad. La recreación de situaciones de aprendizaje presenciales a través de Internet busca no solo asemejarse a la realidad sino también superarla en términos de dinamismo, flexibilidad y personalización. En este artículo, presentamos un claro ejemplo de la innovación permanente en el aprendizaje virtual: SLOODLE.
Muchas veces estamos tan concentrados en el producto final, en alcanzar los objetivos de venta, en conseguir el trabajo, o en cualquier otra acción que represente el “punto final” de algo, que obviamos las bases fundamentales para poder alcanzar fehacientemente nuestras metas.