Es cierto que cada vez son más los instructores y las intervenciones pedagógicas que se valen de recursos tecnológicos para impartir contenidos. Sin embargo, es difícil encontrar propuestas de e-learning que se diferencien sustancialmente del “paradigma de formación que resalta los procesos de observación acrítica, imitación y reproducción-repetición…” (Santarrone, 1999). Es aquí donde la investigación juega un papel significativo, ya que nos orienta para enfrentar una vasta cantidad de información y transformarla en un proceso reflexivo de enseñanza y aprendizaje.
Vielle y Figueroa (1979) definen investigación como:
Las actividades intencionales y organizadas de búsqueda sistemática, indagación, obtención, selección y procesamiento de información, reflexión crítica, sistematización, que llevan al descubrimiento, a la formulación y al diseño de algo nuevo (invención), valores, ideas, teorías, esquemas conceptuales, modelos (conceptuales o reales), prototipos, objetos o productos, mecanismos, sistemas, procesos, procedimiento, recomendaciones de política, esquemas de acción, planes y programas; patrones de conducta y comportamientos.
Conclusión
La investigación es, entonces, un procedimiento que exige nuestra capacidad para aplicar distintos paradigmas, teorías y principios al mismo tiempo que los evaluamos en un contexto particular con una mirada crítica constante a fin de que surjan nuevos interrogantes y nuevas soluciones dentro de una realidad determinada. La indagación permanente, la reflexión y la acción se constituyen en elementos indispensables en los procesos de formación.
La computación en la nube, del inglés Cloud computing, es un nuevo modelo que permite ofrecer diferentes servicios tecnológicos a través de Internet. Automatización, rapidez, capacidad de adaptación, virtualización avanzada, simplicidad y un precio flexible en función del consumo realizado son las características distintivas de este nuevo paradigma. Estas mismas características convierten a la “nube” en una infraestructura emergente para el aprendizaje.
Muchos docentes e instituciones educativas están introduciendo poco a poco la tecnología en las aulas. Con el objetivo de seguir alentando esos esfuerzos y motivar a quienes todavía no se han sumado al cambio, este artículo resume las cinco razones -a nuestro entender- más importantes para invertir en recursos tecno-didácticos. Cabe destacar que no solo hablamos de inversión de dinero sino también inversión de tiempo y capacidades para lograr transformar los procesos de enseñanza-aprendizaje en procesos realmente significativos.