marzo 3rd, 2009
12 ventajas del e-learning
La pregunta acerca de la efectividad del e-learning como tecnología educativa en oposición a métodos más tradicionales es un interesante punto de debate.
Desde hace algunos años, tanto el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación como el auge de Internet están conquistando distintos ámbitos de la Sociedad de la Información. El ámbito educativo no ha sido ajeno a este impacto, y es entonces cuando surge el e-learning como respuesta flexible y eficaz a las demandas de capacitación constante y como propuesta innovadora para hacer más accesibles los programas de formación eliminando las barreras espacio-temporales.
Así, en la actualidad, se elaboran ambientes de estudios cada más complejos a través del uso de Internet, que tienen una diferencia significativa con respecto a los modelos de enseñanza tradicionales y que, en mi opinión, es su característica más importante: el centro del proceso de aprendizaje es el estudiante, un participante activo que cuenta con la asistencia de elementos tales como tutores, recursos y herramientas de comunicación para su formación.
Ahora bien, ¿cómo podemos crear un contexto de formación con estas características? Existen plataformas que nos permiten gestionar y desarrollar cursos en línea de este tipo y por medio de este artículo, intentaré responder algunos de los interrogantes más frecuentes con respecto a estas interesantes herramientas de gestión del conocimiento.
Una plataforma e-learning o LMS (Sistema de Gestión del Aprendizaje, en inglés Learning Management System) permite a equipos de formación crear y administrar un curso a través de una página web. Estos cursos sirven para realizar una variedad de actividades que incluyen desde publicar documentos en cualquier formato hasta administrar foros de discusión y alumnos en entornos virtuales de aprendizaje. Los LMS también son conocidos como VLE (Entornos de Aprendizaje Virtual, en inglés Virtual Learning Environment).
Los sistemas de e-learning están conformados por tres elementos fundamentales: una plataforma, los contenidos o courseware y los sistemas de comunicación. El contenido es el material de aprendizaje que el alumno tiene a su disposición y puede presentarse como actividades basadas en la Web, o bien, como entornos áulicos virtuales que incluyen videoconferencias y/o explicaciones con pizarra digital. Los sistemas de comunicación pueden ser sincrónicos o asincrónicos. Los sistemas sincrónicos como los chats y las videoconferencias permiten que los usuarios se comuniquen en tiempo real, mientras que los sistemas asincrónicos como el correo electrónico no ofrecen esta posibilidad pero sirven para llevar un mejor registro de las interacciones (Cejudo, 2003:20).
Existen plataformas comerciales (Blackboard, WebCT, QSMedia, Saba) que son sistemas generalmente muy bien desarrollados con diversas funcionalidades y potencialidades. También existen plataformas de libre distribución (Atutor, Moodle, Dokeos, Claroline) que surgen como alternativa para economizar un proyecto de formación en línea. Desarrolladas principalmente por instituciones educativas y basadas en los principios del código libre, algunas de estas herramientas “Open Source” pueden competir de igual a igual con las plataformas comerciales (Badillo, 2007).
Las principales funcionalidades tienen que ver con aspectos relacionados con: (1) la gestión de usuarios tales como la matriculación en el sistema, el seguimiento de los estudiantes, la generación de informes, etc; (ii) la gestión de cursos tales como la generación y visualización de contenidos, el control de acceso al material y a las lecciones, el registro de las diferentes actividades que realizan los usuarios, la evaluación de los resultados de la ejercitación, etc; (iii) la gestión de herramientas de comunicación tales como foros de discusión, videoconferencias, chats, e-mails, creación de wikis y blogs.
Existen cuatro características básicas que todo sistema de tele-educación debería tener: interactividad, flexibilidad, escalabilidad y estandarización (Cejudo, 2003:20). A través de la interactividad se garantiza la participación activa del estudiante. La flexibilidad permite que el sistema pueda adaptarse a la estructura organizacional y a los contenidos de los programas de formación. La escalabilidad se refiere a la posibilidad de usar la plataforma en cursos destinados tanto a un número limitado como a un amplio número de estudiantes. Por último, debido a su importancia, dedicaremos otro apartado para tratar el tema de la estandarización.
Para garantizar la compatibilidad entre las herramientas de gestión del aprendizaje es necesario contar con cierta normalización. En el caso de la formación en línea, existe “un conjunto de estándares que permiten ejecutar los cursos en cualquier tipo de plataforma LMS o LCMS. Entre los estándares más usados se distingue SCORM” (Badillo: 2007).
SCORM posibilita la creación e importación de contenidos dentro de sistemas de gestión de aprendizaje diferentes. Así, al aplicar un estándar se intenta lograr la durabilidad en cuanto a la tecnología utilizada, la interoperabilidad entre diferentes LMS, la accesibilidad al sistema y la reutilización de cursos y objetos de aprendizaje (Cejudo,2003: 25; Leguizamón et al., 2005). A modo de síntesis, podemos decir que las plataformas e-learning permiten gestionar el aprendizaje en entornos virtuales, promueven una formación basada en el estudiante y facilitan el acceso a la educación. Las plataformas pueden presentar distintas características y funcionalidades que deben evaluarse de acuerdo con su contexto de implementación, los objetivos del curso y el presupuesto del proyecto, entre otros.
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