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Mayra Villar | enero 10th, 2011

La capacitación: el último orejón del tarro

1. Ni curso tradicional ni elearning estático

  • La capacitación presencial, en la mayoría de los casos, adquiere la forma de una exposición oral por parte de un instructor y puede constar de eventuales clases prácticas donde los estudiantes aplican los conocimientos adquiridos.
  • Por otra parte, los cursos en línea se diseñan, generalmente, como un todo compuesto de unidades indivisibles. Si bien, algunos pueden incluir subsecciones o módulos, no dejan de ser grandes bloques de contenido estático.
  • En el primer caso, no contamos con una capacitación reutilizable (aunque existen raras excepciones, como por ejemplo la reutilización del video de la charla en instancias de capacitación posteriores). En el segundo caso, carecemos de suficiente flexibilidad. Estas modalidades, entonces, podrían enriquecerse con recursos que podamos utilizar nuevamente y adaptar con cierta facilidad y rapidez, lo cual es económicamente conveniente ya que permite que una intervención formativa perdure.
  • Es por eso que en la actualidad, las prácticas de e-learning parecen migrar hacia el desarrollo de módulos más pequeños que puedan integrarse de maneras diversas para formar diferentes cursos (Wharrad & Leeder, 2003, cit. por Hanewald, 2009: 105). Estos bloques u objetos de aprendizaje representan una opción accesible y dinámica que serviría tanto para reactivar la inversión en la capacitación como para empezar a perderle el miedo al aprendizaje basado en el uso de tecnologías.


2. Adaptación, la clave de la supervivencia

  • Estos bloque de aprendizaje se empaquetan como objetos de aprendizaje que pueden bajarse, modificarse, redireccionarse y usarse en diferentes soportes tales como CD, DVD u otros entornos electrónicos como intranets y sistemas de gestión del aprendizaje (MOODLE, por ejemplo).
  • La característica distintiva de estos objetos de aprendizaje es el hecho de que pueden utilizarse independientemente como una actividad autónoma o como parte de una unidad de trabajo más comprehensiva. Esta última alternativa puede lograrse ensamblando muchos objetos de aprendizaje para formar un grupo de actividades secuenciadas o incorporando un objeto de aprendizaje a un curso ya existente a modo de actualización de datos.
  • Es en esta flexibilidad o capacidad de adaptación donde yace justamente la superioridad de los objetos de aprendizaje en comparación con métodos más tradicionales, ya sea presenciales o en línea (McGreal, 2004, cit. por Hanewald, 2009: 105).


3. Repositorios de conocimiento

  • Los objetos de aprendizaje se guardan en una colección o área de almacenamiento llamado repositorio digital.
  • Los repositorios ayudan a localizar e impartir objetos de aprendizaje. “Un repositorio digital proporciona un mecanismo flexible e independiente de una disciplina específica para almacenar y administrar objetos digitales y, en consecuencia, promueven la integración de conocimientos en entornos de aprendizaje” (Richardson, 2004, cit. por Hanewald, 2009: 107).


4. Flexibilidad e infinidad de posibilidades

  • Los objetos de aprendizaje son bloques modulares de construcción de contenido de aprendizaje digitalizado. Estos bloques estandarizados a través de metadatos garantizan la interoperabilidad, lo cual crea un número ilimitado de posibilidades de construcción de cursos.
  • Los objetos de aprendizaje también pueden utilizarse solo una vez o varias veces. Esta estrategia de uso repetido, o reusabilidad, es lo que permite ahorrar costos, tiempo y esfuerzo.


5. Simplemente, más productividad

  • Las características técnicas dotan a los objetos de aprendizaje con accesibilidad, interoperabilidad, manejabilidad mientras que su adaptabilidad, durabilidad, reusabilidad y recuperabilidad permiten una producción simple, económica y rápida (McGreal, 2004, cit. por Hanewald, 2009: 111).


En síntesis, la construcción paulatina de objetos de aprendizaje que puedan reutilizarse e integrarse de diversas maneras para ofrecer distintos cursos puede convertirse en una opción interesante para aquellas empresas que no quieran sacrificar la capacitación.


Y a vos, ¿qué otras alternativas se te ocurren para promover instancias de formación dentro de tu empresa?


Bibliografía

  • Hanewald, Ria (2009). Learning Objects: Projects, Potentials, and Pitfalls (en español, Objetos de aprendizaje: proyectos, potencialidades y escollos) Capítulo VII, págs. 104-119, en Rita de Cassia, Veiga Marriot y Patricia Lupion Torres (2009) Handbook of Research on e-Learning methodologies for Language Acquisition. Information Science Reference. Hershey, New York.

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