“El e-learning estará en las redes [sociales] o migrándose a ellas o integrándose a ellas” (Bongiovanni, 2010). A través de la adecuación de las redes sociales a necesidades de capacitación se extiende aún más la posibilidad de interactuar de forma directa con el conocimiento.
El desafío será crear “disciplina” con respecto al uso de Internet para gestionar el conocimiento, promover la colaboración y compartir información efectivamente (Chute, 2003). Hoy por hoy, la instrucción en línea no ha alcanzado plenamente estos objetivos.
Se buscará entonces gestionar todos estos recursos de conocimiento de manera tal que sean más específicos al contexto y más relevantes para los estudiantes. Esto permitirá también avanzar en la implementación del aprendizaje autónomo para individuos insertos en comunidades virtuales.
Nuevos recursos en la mira
Una de las prioridades se centra en el aprovechar el potencial de las herramientas sincrónicas y asincrónicas, pero en conjunto, a fin de crear verdaderas redes de comunicación centradas en el estudiante (Chute, 2003).
Se necesitarán nuevas herramientas para almacenar los recursos, fomentar la interacción, el rápido acceso y la disponibilidad constante.
En consecuencia, un gran mosaico de entornos de aprendizaje interconectados (ver Figura 1) integrará recursos como voz, videos y datos que estarán disponibles a estudiantes, tutores y expertos a través de múltiples aplicaciones. Si bien ya contamos con estos recursos, las propuestas de capacitación, promoción de estrategias y gestión de conocimiento buscarán emular la complejidad del cerebro humano en cuanto a su capacidad de interacción, comunicación y transmisión de datos entre las unidades que nutren su funcionamiento.
Figura 1. Modelo simplificado del elearning en red (Villar, 2010).
Sabemos que la función biológica más importante que realiza el cerebro es administrar recursos para fomentar ciertos comportamientos. Esos comportamientos se basan en el procesamiento de señales o datos que requiere la capacidad de integración de información existente en el cerebro. De eso también se trata el e-learning en red: administración de recursos, procesamiento de datos e integración de información. Necesitamos comenzar ahora a trabajar en esta dirección y estar preparados para los futuros entornos de e-learning.
CHUTE, A. (2003). Knowledge Management (en español, Gestión del conocimiento), en Handbook of distance education (2003). Págs. 297-314. Lawrence Erlbaum Associates, Publishers. New Jersey, USA.
VILLAR, M. (2010) Modelización contextual y lingüística de los folletos de promoción turística en línea y aplicaciones pedagógicas informatizadas. Tesis para obtener el título de Magíster en Lingüística Aplicada (En preparación). Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina.
Tan importante como la evaluación de los requisitos técnicos, el método para impartir el curso, los tipos de actividades y los procedimientos de evaluación, es la capacitación del tutor virtual. La constancia para responder las consultas de los estudiantes, la buena predisposición para acompañarlos durante todo el curso, la experiencia y la participación en el diseño del curso son características que definen el profesionalismo del tutor en los cursos en línea.
Una rápida conexión a Internet, telecomunicaciones inalámbricas, o las transacciones virtuales, son solo algunas de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) que rápidamente están cambiando nuestra vida diaria. Teóricamente, todos pueden acceder a las TIC desde cualquier lugar. Sin embargo, existen disparidades en términos de acceso y uso de las nuevas tecnologías que combinadas con desigualdades sociales preexistentes producen nuevas formas de exclusión social. La denominada brecha digital evita que los grupos vulnerables puedan acceder a la información y puedan usar servicios tecnológicos para su crecimiento personal y desarrollo profesional. En este sentido, la educación continua a través de las TIC se convierte en una prioridad para ayudar a quienes se encuentran socialmente excluidos a adquirir las competencias necesarias para formar parte de la sociedad del conocimiento y la información.